Imagina tener un asistente al que puedas entrenar con miles o incluso millones de libros, artículos, casos de estudio y datos reales sobre ventas. Este asistente aprende de toda esa información y se convierte en un experto.
Ahora piensa que eres nuevo en el mundo de las ventas y necesitas diseñar un plan comercial. No sabes por dónde empezar, pero sí conoces tu negocio: sabes qué ofreces, a quién vendes, cuántos empleados tienes y cuáles son tus objetivos.
Ahora le das esa información a tu asistente, y él, en base a todo lo que ha aprendido, crea un plan de ventas adaptado a tus necesidades específicas.
Eso es lo que te permite la inteligencia artificial. A diferencia del software tradicional, que sigue instrucciones fijas, la IA tiene capacidad de razonamiento y aprendizaje. Puede analizar datos, detectar patrones, tomar decisiones y adaptarse según los resultados obtenidos.
Uno de los avances más disruptivos es la IA generativa, como ChatGPT. Este tipo de inteligencia ha sido entrenada con una cantidad masiva de información en lenguaje natural, lo que le permite comprender, responder y generar contenido sobre prácticamente cualquier tema: desde aspectos legales y técnicos hasta creatividad, ventas o gestión empresarial.
Aunque es muy buena, la IA no es perfecta, como cualquier herramienta, puede cometer errores o interpretar mal ciertas situaciones. Por eso, debe tenerse cuidado y verlo como un apoyo estratégico, no como reemplazo absoluto del criterio humano.
La IA no solo “lee” o “escribe”; también puede ver, escuchar, predecir, detectar anomalías, y automatizar procesos complejos.
Algunos ejemplos:
La IA no se cansa, no necesita vacaciones y escala fácilmente. Es una tecnología que puede hacer tareas tediosas o repetitivas, permitiendo que podamos enfocarnos en cosas de mayor impacto como en lo estratégico y creativo.
¿No sabes por dónde empezar a utilizar inteligencia artificial? Acércate con expertos contactanos y te hacemos tu primer analisis para detectar oportunidades de ia en tu empresa GRATIS.